Vamos a hacer un ejercicio. Mira a tu alrededor, comprueba todos los objetos y artículos que tienes a tu alrededor. Te darás cuenta de que la mayoría de ellos son exportados. Ahora piensa en tu producto. ¿Por qué no puede ser el que esté en una casa de Francia o de China? Y es que habrás comprobado que con la globalización del mundo, todas las fronteras están abiertas. Además, Internet ha permitido que ya no haya límites de países. Por eso, la mejor forma para poder ampliar negocio es la de exportar. Ahora bien, no siempre las empresas saben cómo lo tienen que hacer.
Empresas, grandes y pequeñas, y autónomos buscan nuevos nichos de mercado en el exterior, en el marco de un comercio global. Hay que abrir mentes y fronteras. Operaciones que hace años eran exclusivas de unos pocos se han convertido en habituales para muchas pymes y autónomos. Ante esta perspectiva, familiarizarse con los trámites necesarios para exportar se convierte en algo necesario para cualquier empresa. Es el momento de darnos a conocer en otros países.
La exportación no es más que el envío de bienes o mercancías a un país de fuera de la UE (el envío a países de la UE sería una operación intracomunitaria). Algo tan simple como realizar una venta a fuera de Europa puede dar lugar a este tipo de operación. Para realizar una exportación hay que cumplimentar una serie de documentos que tienes que tener en cuenta.
Tributos
Para poder exportar hay que inscribirse en el registro de exportadores. La empresa debe obtener el número EORI, que servirá para identificar a los que realicen habitualmente actividades aduaneras. Este número puede obtenerse desde la página web de la Agencia Tributaria. Para saber más sobre este número EORI, puedes leer aquí.
Los operadores podrán comprobar si disponen de un número EORI a través de la Sede Electrónica. Además a través de la página web de la Comisión Europea cualquier persona podrá consultar sobre la validez de un número EORI determinado. La inscripción en el registro de Exportadores es necesaria para obtener la devolución del IVA, ya que las exportaciones están exentas.
Aduaneros
Una vez que estamos al orden con el fisco, es el momento de estar al orden en los trámites aduaneros. En primer lugar se procede a la clasificación de la mercancía en el arancel de aduanas, lo que supone asignarle a la mercancía un código numérico. El responsable legal de que la clasificación de sus mercancías sea correcta es el importador o exportador, aun cuando utilice a un agente de aduanas como representante suyo ante la aduana.
El exportador debe cumplimentar el DUA, que es así como se le llama al Documento Único Administrativo. Hablamos de un impreso que ha de cumplimentarse obligatoriamente ante la aduana para los intercambios de mercancías entre los miembros comunitarios y terceros países.
Aquí hay que exponer con exactitud los siguientes extremos: mercancías (valor, clase, cantidad, etc.); origen, destino, pesos, tipo de cambio; documentos unidos. Debe ser firmado por el titular o por persona autorizada.
La mercancía irá siempre acompañada por el DÚA y la factura de venta, así como de los documentos de transporte exigibles en función del medio utilizado para su envío. Dependiendo del país de destino y del producto a exportar, pueden ser necesarios documentos adicionales, como por ejemplo el certificado de exportación, los cuadernos ATA, el certificado de sanidad exterior, etc.
Como has visto son trámites que no son sencillos. Por eso nuestra recomendación es que te pongas en manos con traductores. Ya que son muchos los papeles que tienes que traducir cuando envíes al extranjero. Además, ahora se han especializado mucho. Es el caso de Eikatrad, traductor jurado oficial MAEC en Sevilla. “Nuestro equipo de traducción técnica en Sabadell se compone por licenciados en Traducción y/o ingeniería, y siempre son nativos del idioma al que traducen. Para cada proyecto y en función del sector, seleccionamos a un traductor concreto“.
Es la mejor forma de comunicarte y de poder hacer una traducción jurada. La traducción jurada, es la traducción oficial de cualquier documento. El documento, una vez traducido y sellado por uno de nuestros traductores jurados, reviste validez legal para ser presentado ante cualquier organismo público o privado (Ministerios, Juzgados, Consulados, Notarías, Hacienda, etc.).
Ahora bien, que un traductor sea experto en textos técnicos no quiere decir que sea válido para hacer cualquier tipo de traducción técnica. Por ejemplo, si un traductor tiene experiencia en traducciones de ingeniería mecánica, nunca podemos adjudicarle un proyecto de traducción sobre arquitectura. Cada sector tiene su vocabulario específico y es imprescindible tener un domino absoluto sobre el mismo. Por eso, este servicio de traducción técnica dispone de profesionales altamente cualificados que solo traducen documentación técnica de los sectores en los que son expertos.