Ser emprendedor, como muchas veces decimos, es una profesión que entraña algunos riesgos que convendría que no perdiéramos de vista en ningún momento. Hay que tener en cuenta que nuestra idea sea potente, que haya un público dispuesto a comprarlo, que tengamos buenos medios de promoción y, además de todo esto, tener en cuenta que el contexto económico en el que se sitúe su empresa afecta a su actividad de una u otra manera. Ni que decir tiene que es una labor muy difícil y que no siempre podremos ver cumplidos nuestros objetivos.
Además de todo eso, hay que tener en cuenta otra serie de asuntos que nos pueden generar inconvenientes. Hablamos de todos los problemas legales que podemos tener y que, desde luego, nos pueden condicionar de un modo brutal. En las industrias españolas, son bastante comunes los problemas que os vamos a desgranar a continuación y que comparten buena parte de las empresas de nacionalidad española:
- El incumplimiento de plazos por parte de los proveedores, por desgracia, es una de las situaciones más comunes en la actualidad.
- Las reclamaciones de los clientes también forman parte de la realidad actual.
- El incumplimiento de los pagos por parte de los clientes genera problemas de liquidez en las empresas, que condiciona sobre todo a las más pequeñas.
- Las demandas de los trabajadores también conforman un problema sustancial.
- Las multas fiscales por culpa de algún incumplimiento en el pago de impuestos es recurrente en los tiempos en los que nos encontramos.
- El emprendedor también debe tener en cuenta el hecho de que, en caso de que las cosas vayan mal dadas, es posible que su patrimonio se vea afectado si la empresa no cumple con sus obligaciones de pago.
- Un mal uso de marcas o patentes, algo que han sufrido muchas industrias en España, también termina generando problemas de la máxima gravedad.
- Una gestión inadecuada de los datos de los clientes también es motivo de denuncia y de multa. Ya sabéis cómo de serias se han puesto las cosas en materia de protección de datos.
Imaginaos tener que gestionar todos los asuntos que requiere nuestra actividad habitual más todos los posibles contratiempos que os acabamos de mencionar. No tendríamos horas suficientes a lo largo del día para intentar gestionarlo, ¿verdad? Por eso es conveniente que diseñemos alguna especie de estrategia para lidiar con este asunto. Si no, nos vamos a ver absolutamente desbordados.
Uno de los problemas más importantes de las fábricas a día de hoy tiene que ver con la entrega de los productos que ha conformado y con la llegada hasta sus instalaciones de las materias primas que necesita para ello. Buena parte de esos transportes se realiza en barco y, en los últimos tiempos, hemos sido testigos de una buena cantidad de incidencias provocadas por parte de barcos mercantes y que han ocasionado problemas a empresas de todo tipo. Los profesionales de Sotomonte Legal nos han indicado que, entre las industrias que requieren sus servicios, las demandas y problemas derivados de accidentes marítimos se ha multiplicado.
El comercio por mar ha sido una constante durante una cantidad considerable de años y es lógico que, cuando existe un problema como del que estamos hablando, haya una cantidad tremenda de personas y de empresas que resulten afectadas. Ni que decir tiene que esto implica una montaña de trabajo para los servicios legales de las empresas y también para esos gabinetes que asesoran y resuelven los problemas de las entidades que conforman su clientela.
Los problemas entre empresa y empleados también son recurrentes
Esta es, sin duda, la peor de las noticias. Que haya un conflicto legal entre la entidad y uno de sus trabajadores implica que ese trabajador no tiene ninguna motivación mientras su jornada laboral está en transcurso. No cabe la menor duda de que la resolución de este tipo de problemas es básica para que la entidad no vea afectada su imagen y para que, además, la gente desarrolle ese sentimiento de pertenencia que es una de las características básicas para garantizar la productividad y también la rentabilidad, que a fin de cuentas es el objetivo final.
Es inevitable que una empresa tenga que soportar dificultades legales de las que estamos hablando. La verdad es que se trata de un aspecto que debemos abordar y que, en efecto, es mejor que se gestione de la manera más eficaz para la empresa. Si no es así, este tipo de problemas se enquistan y luego es más difícil abordarlos. Todo lo que tenga que ver con la legalidad exige una respuesta por parte de la empresa, una respuesta que vaya en nuestra defensa y que garantice algo de estabilidad a quienes dirigen la entidad.