Siempre hemos escuchado que la cantidad de fábricas de las que disponga un país es importante para determinar la potencia de su economía. Es algo que podemos entender con relativa facilidad. Desde luego, es lógico pensar que, cuantas más empresas haya en un determinado territorio, mayor será la cantidad de gente que trabaje, gane dinero y pueda invertirlo en hacer un poco mejor su vida. De ese modo, el dinero se mueve y más personas tienen la posibilidad de aprovecharse de ello. El resultado es de la potencia económica que se genera a nivel nacional.
Pero hay datos de los que no nos podemos olvidar. Y es que puede haber muchas empresas y fábricas dentro de un determinado país, pero eso no quiere decir que el trabajo en ellas sea cómodo, rentable o eficiente. Una de las razones que nos puede conducir a eso es la calidad de las instalaciones en las que se trabaje. ¿Y qué podemos decir al respecto en lo que tiene que ver con las empresas españolas? La respuesta es que, como en otros asuntos, todavía tenemos muchas cosas en las que mejorar. Es en eso en lo que tenemos que trabajar ahora.
Una de las principales desventajas de las empresas españoles reside en las instalaciones de las que disponen, que cuentan con varios defectos que hacen mucho más difícil el trabajo en las mismas. Se trata de problemas reales y preocupantes. Uno de los más habituales es el que tiene que ver con la aparición de humedades. Esto es lo que nos han comentado desde Planit Arquitectos Técnicos, especialistas en la resolución de estos problemas y que en los últimos años, según lo que nos han comentado desde la propia empresa, han visto cómo ha crecido el número de empresas y fábricas que solicitan sus servicios para resolver problemas de este tipo.
Un problema que afecta a la eficiencia de los trabajadores
Está claro que este tipo de problemas tienen una influencia bastante grande en lo que tiene que ver con la cantidad de trabajo que pueden asumir los empleados y la rapidez con la que lo ejecutan. Disponer de unas instalaciones que se encuentren en perfecto estado contribuye de una manera sustancial a que cada cual cumpla con su cometido y consiga realizar su labor de una manera rápida, segura y eficaz. Siendo este el objetivo primordial en una empresa, está fuera de toda duda la importancia de disponer de unas instalaciones bien cuidadas.
España puede sacar un mayor rendimiento de su potencia industrial
Nuestro país es uno de lo más importantes de Europa desde el punto de vista empresarial. Una noticia que fue publicada en el portal web El Empresario informaba de que nuestro país era el tercero en el continente con mayor número de empresas, algo que nos da una primera idea acerca de lo importante que es nuestra nación en lo que tiene que ver tanto con la industria como en el sector servicios. Sin embargo, nuestro país presenta todavía algunos problemas dentro de este campo, principalmente relacionados con la productividad empresarial.
Estamos lejos, desde luego, de ser la tercera potencia a nivel de rendimiento en todos los niveles y sectores. Y es que somos un país que se caracteriza, muchas veces, por su ineficiencia. Y esto no se debe, tal y como muchas personas han afirmado, a que los trabajadores y trabajadoras de este país sean unos irresponsables o unos vagos. Se debe, por otra parte, a que muchas veces los centros en los que trabajan no cumplen con los requisitos que son necesarios para que se produzca esa eficiencia.
Además, se da la circunstancia de que hemos perdido bastante tejido industrial en los últimos tiempos como consecuencia de la llegada de la crisis. En concreto, y según una noticia que fue publicada en la página web del diario El Mundo, España tiene, a día de hoy, unas 49.600 fábricas menos que las que tenía en el año 2008. Aunque nos hemos recuperado de una manera bastante considerable en ese sentido desde 2016, todavía queda mucho camino por recorrer hasta recuperar lo que un día conseguimos y que todavía no hemos podido alcanzar de nuevo.
La eficiencia de un trabajador depende de muchas causas y también de muchas personas. Pero no de su voluntad exclusivamente, al contrario de lo que puede llegar a pensar mucha gente. No cabe la menor duda de que esa voluntad es importante, pero también está fuera de toda duda el hecho de que se tienen que cumplir una serie de características para que una persona pueda dar lo mejor de sí misma y hacer posible que su trabajo sea útil, práctico, rápido y eficaz. Y eso es precisamente lo que tenemos que conseguir en este país. Eliminar las humedades de las fábricas es solo la primera manera de hacerlo posible.