La cantidad de suciedad y de polvo que pueden generarse durante una jornada laboral en una fábrica es impresionante. Para garantizar que las condiciones higiénicas obligatorias para la realización de una actividad industrial se cumplan es necesario poseer el mejor servicio de limpieza que nos sea posible. Gente que trabaje con seriedad y que de verdad sea consciente de la importancia de sus labores.
En una fábrica dedicada a la elaboración de muebles esta circunstancia es si cabe más importante. Para la confección de mobiliario es necesario tener claro que hay que ser muy pulcros y empezar cada jornada con absolutamente todo recogido y con unas instalaciones preparadas para soportar la carga de trabajo diario. No tener en cuenta ese detalle puede resultar incluso peligroso para los trabajadores.
El pasado mes de febrero fui nombrado jefe de personal en la fábrica de confección de muebles en la que trabajo. Mis superiores me dejaron claras mis funciones desde el principio: tenía que encargarme de que todo el mundo desempeñara su función con eficacia y eficiencia, con las medidas de seguridad adecuadas y dotándole a los productos el mimo y la calidad que nos encargábamos de publicitar más tarde.
Mi gran pasión por aquel entonces consistía en hacer bien ese trabajo y contribuir a que la empresa fuera una auténtica referente en el sector. Pero para ello hace falta cuidar de pequeños detalles, cuestiones que a veces no gozan de la importancia que realmente merecen pero sin las cuales sería absolutamente imposible desempeñar nuestra labor: una de ellas es precisamente la que tiene que ver con la limpieza en nuestras instalaciones.
Al poco tiempo de acceder a mi cargo actual me di cuenta de que al final de cada jornada laboral nadie se encargaba de dejar limpios los instrumentos de trabajo o las instalaciones. Antes de ese momento jamás había sido consciente de aquello, y la verdad era que esto podía implicar retrasos brutales a la hora de acabar los productos. En cualquier industria el retraso implica una pérdida considerable de dinero así que me puse manos a la obra para evitar dichos retrasos y garantizar la limpieza de toda la planta de producción.
Desde Dirección ya habían dado el visto bueno a mi propuesta y me habían encargado encontrar la solución que considerara pertinente. Una solución que me pareció encontrar una vez que visité la página web de esta empresa de servicio de limpieza en Barcelona, una entidad con una amplia experiencia en labores de limpieza y cuyos profesionales podían prestarnos un servicio tan útil como necesario.
Tras ponerme en contacto con la empresa, llegamos a un acuerdo. Sus tarifas no eran costosas a pesar del bajo presupuesto con el que contábamos, por lo que apenas tuve que pensar para depositar mi confianza en una entidad como Servinet del Vallès. La relación entre calidad y precio en el servicio que acababa de conseguir para mi fábrica era algo que a buen seguro iba a agradar a los mandamases.
La clave para un trabajo más completo y más fácil
Tenía razón al pensar en ello. En cuanto los trabajadores de aquella empresa especializada en limpieza y mantenimiento empezaron a encargarse de hacer de la fábrica un sitio mucho más óptimo para el trabajo diario, los demás notamos la diferencia. Una limpieza diaria de los instrumentos de trabajo nos facilitaba y hacía más rápido el trabajo cada mañana. Por otra parte, las instalaciones se habían convertido en algo mucho más seguro y preparado para todos.
Esta narración es la de una gran victoria personal que me ha reportado un montón de felicitaciones y alabanzas. La Dirección de la fábrica está encantada conmigo, así como los operarios de la fábrica, que ven simplificado su trabajo. Confesaré que, en un principio, me asustaba la carga de responsabilidad que significaba el convertirme el jefe de personal. No obstante, y tan solo tres meses después de haber accedido al cargo, he de decir que me encanta serlo. Y es que estar pendiente de mi gente es lo que más me gusta.