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El fútbol, una bendición para la industria mundial

Que el fútbol es el deporte que domina el panorama mundial es algo que a nadie nos sorprende. De hecho, en un país como el nuestro resulta obvio que así sea, pero no nos podemos olvidar que, en países tan poderosos como lo son Estados Unidos o los dragones asiáticos, el baloncesto (en el primero), el kárate o el bádminton (en los segundos) son considerados como los deportes nacionales. Teniendo en cuenta que son países superpoblados, resulta evidente que esos deportes han amenazado en algún momento la hegemonía del fútbol. Pero no han conseguido vencerle.

De hecho, el balompié va ganando, poco a poco, terreno en esos lugares. La MLS, la liga de fútbol del gigante norteamericano, va haciéndose con estrellas que están consiguiendo que, cada vez en mayor medida, se siga muy de cerca lo que ocurre entre sus equipos. Y, en lo que respecta a la vertiente asiática, solo hay que ver cómo se ponen los estadios cuando un gran equipo europeo viaja hasta dicho continente para disputar algún amistoso o torneo de pretemporada. No cabe la menor duda de que el fútbol gana terreno y que lo hace a una velocidad cada vez más grande.

¿Y qué supone todo eso a nivel industrial? Lo cierto es que el fútbol es una de las actividades que genera una mayor cantidad de empleo a nivel industrial en todo el mundo. Cada año, se producen millones de camisetas deportivas a lo largo y ancho de todo el Globo, además de otros utensilios que son de especial utilidad para todas aquellas personas que practican este deporte, como lo son las medidas, las botas, las espinilleras y un largo etcétera. El fútbol ha crecido como deporte, pero sobre todo como negocio, y eso es lo que está permitiendo que muchas industrias obtengan un beneficio de lo más importante.

Una noticia que vio la luz en el portal web Infobae indicaba el número de personas que practica el fútbol en todo el mundo, según las estadísticas que maneja la FIFA, la federación internacional de este deporte. El dato es de 265 millones de personas, que aumenta en 5 millones más si tenemos en cuenta a los entrenadores y los cuerpos técnicos. Lo cierto es que se trata de un volumen espectacular de personas y, teniendo en cuenta este dato, a nadie le sorprende que la industria que se encuentra asociada al fútbol disponga de tan buena salud.

De la imagen y capacidad de atracción del fútbol se benefician muchas empresas a nivel mundial. Existe una potente red de industrias repartidas por todo el mundo que se encargan de producir todos esos objetos relacionados con el deporte rey y que nutren a los negocios minoristas que los ponen en la órbita del consumidor final. Desde Marians Sport nos comentan que, además, son muchísimas las nuevas fábricas e industrias mayoristas que proveen de este tipo de género. Se trata de un sector en auge y que funciona de una manera directamente proporcional al desarrollo del fútbol.

Las botas de fútbol, un artículo en expansión

Siempre se ha considerado a la camiseta como el objeto primordial de la industria futbolística. Es la manera que mucha gente tiene de mostrar cuáles son sus colores y sus sentimientos. Pero lo cierto es que hay un objeto que está ganando mucho terreno en los últimos tiempos, sobre todo gracias a que cada vez son más las personas que se animan a jugar al fútbol: hablamos de las botas, que constituyen un elemento de suma importancia debido a que ayudan a prevenir lo peor del fútbol y del deporte en general: las lesiones.

Un interesante artículo publicado en la página web Ideal indicaba algunos aspectos básicos en la historia de las botas de fútbol. Destaca el hecho de que, cuando se fabricaron las primeras, a mediados del siglo XIX, pesaban alrededor de un kilo, con la consiguiente molestia que eso ocasionaba para los jugadores. A menudo era habitual que éstos presentaran heridas en los pies tras los partidos y era lógico que, si el fútbol quería convertirse en un fenómeno mundial (hasta entonces solo se practicaba en Gran Bretaña) había que hacer más cómodo el calzado de los futbolistas. Ahora, y según ese artículo que os hemos comentado, las botas de los profesionales no pesan más de 200 gramos.

Es evidente que el fútbol mueve pasiones y a una gran cantidad de gente en todo el mundo. Es un fenómeno que ha llegado a todo el mundo y que no va a decaer en ningún momento, ni siquiera en el actual, en el que no se permite la entrada de la afición a los estadios como consecuencia del estallido del coronavirus. Está claro que el fútbol es mucho más que un deporte y que, como la fe, también mueve montañas.

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