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Asesoramiento para la mujer sobre su suelo pélvico

Comenzaremos centrando dónde se encuentra el suelo pélvico en el cuerpo de la mujer y qué es, en primer lugar, debemos saber que es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior con un formato similar a una cúpula invertida, y cuya función principal es la de sostener los órganos denominados pélvicos y que son vejiga y uretra, útero y vagina, y recto, en una posición adecuada para poder garantizar así su buen y normal funcionamiento. Otras funciones son asegurar la continencia de esfínteres, es decir la continencia de orina, heces y gases, ayudar y favorecer en el parto la expulsión del feto, ayudar a la estabilidad lumbar en lo que se denomina una función de sostén, etc.

El suelo pélvico no es rígido, sino que se adecua a los movimientos y cambios posturales de la mujer, manteniendo siempre una tensión adecuada Por ello es sumamente importante que estos músculos se encuentren bien contraídos y tengan un buen tono firme ya que sostienen la parte baja del abdomen permitiendo que los esfínteres cumplan con su función adecuadamente. Si por el contrario se encuentran debilitados, ya sea por un embarazo, un parto vaginal, fetos de gran tamaño, la menopausia, una cirugía vaginal previa, estreñimiento crónico o bien por efecto de la edad, las estructuras de sostén descienden alterándose su función y produciéndose una disfunción que puede provocar incontinencia urinaria de esfuerzo. La más común después de un parto y en edad avanzada y que es una emisión incontrolable de la orina al realizar un pequeño esfuerzo como toser, estornudar, caminar, cargar un peso… En el caso de sufrir incontinencia fecal, disfunciones sexuales o la más importante, un prolapso genital, que es la caída o descenso de los órganos pélvicos como consecuencia del fallo de las estructuras de soporte y sostén, está motivado porque la vejiga o el recto caen sobre sobre la vagina con la consiguiente sensación de pesadez por parte de la mujer y el útero desciende hasta ocupar el espacio de la vagina e incluso el cuello uterino podría llegar a asomar por fuera de la vulva. Todo ello hace que se ocasione un impacto muy negativo en la calidad de vida de la mujer.

Por ello, es importante para la mujer concienciarse de la gran importancia que tiene un suelo pélvico fortalecido y nada mejor para ello que comenzar a trabajar esta musculatura desde una edad temprana, puesto que tan solo cinco minutos al día serán suficientes para mantener un buen tono muscular. En Ivi Global Education, una institución educativa especializada en medicina reproductiva, realizan entre otros un curso multidisciplinar online de suelo pélvico en la mujer específico para profesionales interesados en actualizar sus conocimientos, por lo que os lo recomendamos encarecidamente.

Existen varias técnicas y tratamientos para lograr fortalecer la musculatura del suelo pélvico, si bien el más recomendado son los ejercicios de Kegel, que consisten en la contracción y relajación de la musculatura, pudiendo realizarse, una vez se tenga la práctica suficiente, en cualquier lugar y momento, ya sea en el domicilio, en el trabajo, en el coche…

Una forma fácil de identificar los músculos que se tienen que contraer, es la próxima vez que se vaya al baño intentar cortar voluntariamente el chorro de la orina, esta será la musculatura que se debe contraer. Los músculos de la vagina, vejiga y ano se podrán firmes y se desplazarán hacia arriba. Es importante una vez que ya sabemos qué musculatura actúa, no realizar los ejercicios durante la micción, puesto que podría no descargarse completamente la vejiga y provocar una infección.

  • Ejercicio 1: El lento. Consiste en contraer los músculos del suelo pélvico y mantenerlos contraídos durante 5 segundos, a continuación, se relaja durante otros 5 segundos.
  • Ejercicio 2: El rápido. Se realizan las mismas contracciones que en el ejercicio anterior, pero sin pausa y con la mayor rapidez posible.
  • Ejercicio 3: El ascensor. Se contraerán y relajarán los tres músculos (vagina, vejiga y ano) simultáneamente en tiempos.
  • Ejercicio 4: La onda. Se debe contraer y relajar por orden los tres músculos, primero la uretra de la vejiga, luego la vagina y al final el ano.

¿Existen unas normas para realizarlos correctamente?

Existen unas normas básicas para su correcta realización, por ejemplo, no deben contraerse los músculos abdominales, los glúteos y los muslos para que la ejecución sea correcta; cada vez que se realice un ejercicio físico fuerte o se suban escaleras es conveniente realizar los ejercicios y hay que tener en cuenta que los beneficios comenzaran a notarse al cabo de unos meses de comenzar este entrenamiento, siendo aconsejable incorporar esta rutina a nuestra vida diaria.

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