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Todo lo que necesitas saber sobre salvaescaleras

 Poco se puede decir sobre un salvaescaleras. A priori, se trata de un aparato que, como su nombre indica, ayuda a salvar la subida de escaleras a aquellas personas que no pueden hacerlo de forma normal. Un aparato simple y sencillo, diseñado para facilitar la vida de las personas que lo necesiten. En Total Acces, expertos en accesibilidad, van más allá y nos cuentan, todo lo necesario sobre los salvaescaleras que puedes encontrar en mercado.

Esta suerte de sillas o plataformas que se desplazan sobre o por, un raíl anclado a la escalera de una vivienda o acceso, puede instalarse en cualquier tipo de escalera. Se trata de plataformas o sillas, totalmente seguras, sencillas y fáciles de usar, con muchas opciones de personalización y que no entorpecen el paso de otros usuarios por la escalera en cuestión. Pueden ser utilizadas para subir y bajar a una persona e incluso, pequeños objetos con tan solo, pulsar un botón.

A grandes rasgos, un salvaescaleras, no es más que un asiento giratorio que se desplaza por un raíl para acceder a otras plantas de la vivienda. En situaciones en las que una persona con movilidad reducida que viven en viviendas de más de una planta, las opciones de movilidad son, quedarse en una sola planta, mudarse a una vivienda accesible o, instalar un salvaescaleras. Se trata de una solución aceptable, asequible y que mejora notablemente la calidad de vida de las personas.

Además, gracias a los nuevos diseños, un salvaescaleras no tiene por qué ser un aparato molesto y feo que ocupe mucho espacio y rompa la armonía del hogar. Al contrario, se diseñan para que puedan incorporarse de forma discreta y acorde al mobiliario y decoración de cada vivienda.

Conocer las diferencias entre los diversos salvaescaleras que existen no es una tarea difícil, todos hacen lo mismo: llevar a las personas a la planta de arriba o bajarlas de forma segura. Sin embargo, algunos de los equipos cuentan con características particulares, se han fabricado con materiales diferentes y están diseñados para distintos tipos de escalera. Es decir, aun teniendo una única y misma función, su diseño puede hacerse a razón de la escalera a salvar. Bajo este precepto, encontramos tres tipos de salvaescaleras de los cuales, vamos a hablar a continuación.

A cada escalera, su silla

Según la construcción de la vivienda, el diseño de la escalera y su ubicación, puede ser necesario instalar un tipo de salvaescaleras u otro. La mayor diferencia entre los tres tipos que podemos encontrar, se haya en los raíles por los que se desplaza la silla.

Los más habituales y utilizados son los salvaescaleras rectos. El diseño que presentan este tipo de sillas, es sencillo y enfocado a cubrir tramos rectos de escalera. Pueden instalarse en escaleras de hasta doce metros de altura, aunque de forma general, los tramos suelen ser más cortos. En cualquier caso, el raíl sobre el cual se instala, puede cortarse a la medida exacta.

Un aspecto interesante a tener en cuenta es que, los salvaescaleras rectos, pueden ser reutilizados en diferentes escaleras, aparte de en aquellas para la cual ha sido diseñado originalmente.

Las viviendas que disponen de unas escaleras más complejas, con recodos y curvas en su diseño y estructura, las sillas salvaescaleras curvas, se diseñan específicamente. Como su nombre indica claramente, se trata de salvaescaleras curvos que deben fabricarse a medida para una escalera concreta, presentando las medidas exactas y adaptándose al diseño particular. Suelen ser más costosos y su fabricación algo más larga.

En cuanto a las escaleras exteriores, existen también salvaescaleras diseñados para este fin: brindar acceso a los patios y jardines que solo tienen acceso desde unas escaleras por pocos peldaños de los que disponga. Los materiales en los que se fabrican este tipo de salvaescaleras, son resistentes y pueden soportar la exposición a todo tipo de condiciones climáticas adversas. Incluyen una cubierta protectora y un sistema de bloqueo mediante llave para ofrecer mayor seguridad a los usuarios.

Pensando en los asientos, como elemento indispensable de una silla salvaescaleras, podemos también, encontrar diferentes tipos, de los cuales, cabe señalar los más habituales:

  • Asiento giratorio que permite a los usuarios bajar del salvaescaleras apoyando los pues sobre una superficie plana en cualquier parte de la escalera. La mayoría de estos asientos, disponen de un mecanismo giratorio manual o a motor para facilitar su giro.
  • Asientos con reposabrazos y reposapiés que forman parte del asiento y proporcionan mayor seguridad y comodidad al usuario. Algunas marcas cuentan con reposapiés motorizados para que su plegado resulte más fácil cuando se “aparca” el salvaescaleras.
  • Asientos plegables que pueden recogerse cuando no son utilizados, ahorrando espacio y evitando el riesgo de que se produzca un tropiezo.

Sobre los raíles y sus tipos

El punto clave de un salvaescaleras, es el raíl sobre el que la silla se desplaza para subir y bajar las escaleras. Elegir el raíl correcto y adecuado para adaptarlo a las escaleras es lo más importante a tener en cuenta. A parte del diseño y el confort, la estructura, es fundamental. Como ya hemos comentado, existen tres tipos de salvaescaleras y estos, van en función del raíl: rectos, curvos y para exterior. La elección de uno u otro tipo, va en función del tipo y forma de escalera.

De este modo, para unas escaleras rectas, la opción de elección es, obviamente, un raíl recto; para unas escaleras curvas, el raíl curvo y, para escaleras en el exterior, raíl de exterior.

Los primeros son los más sencillos de encontrar, pueden cortarse a medida de las escaleras y poseen una resistencia a razón de los materiales en los que se fabriquen. Uno de los materiales de preferencia es el aluminio anodizado antiarañazos por ofrecer buena resistencia y durabilidad.

Para instalar un raíl recto, hay que tener en cuenta la distancia existente entre el techo y la cabeza del usuario, además del ancho de la escalera que deben ser de al menos, setenta y dos centímetros. Si la escalera es lo suficientemente ancha y la altura deja espacio libre para la cabeza del usuario sin que choque, la instalación no presentará ningún tipo de problema.

Las viviendas que tienen escaleras con descansillo, tienen la solución perfecta: un salvaescaleras con raíl retráctil o abatible. En este caso, el raíl se pliega hacia arriba y hacia abajo, dejando un espacio libre al fondo de las escaleras. De esta manera, al levantarse de la silla, el salvaescaleras se puede enviar al piso de arriba, plegándose el raíl para dejar el camino despejado.

Más costosos son los raíles curvos, debido a la complejidad de su diseño. Son los adecuados para escaleras en curva o con rellanos entre tramos. Se fabrican a medida de los diferentes recodos y curvas u obstáculos que pueda presentar la escalera. Razón por la que resulta fundamental que se lleve a cabo un estudio de la escalera por un profesional que tome las medidas necesarias de forma precisa para encargar un raíl seguro, adecuado y fiable para el usuario.

Los raíles curvos son altamente personalizados en base a unas medidas concretas que hacen posible un desplazamiento más suave, puesto que se adaptan perfectamente al recorrido. El diseño concreto puede variar en función del fabricante que los haga aunque los más habituales, son los de doble tubo.

Por otro lado, podemos encontrar raíles curvos modulares, fabricados en un solo tubo y de instalación más rápida. En este caso, tanto la subida como la bajada, no es tan suave como la del raíl de doble tubo.

Seguridad, ante todo

Dentro de las muchas características que puede poseer un salvaescaleras, hay que prestar especial atención a las relativas a seguridad. Aunque la mayoría de los salvaescaleras disponen de las mismas opciones, algunos pueden diferir en algún aspecto.

En cuanto a la seguridad que ofrecen los dispositivos, en función de su diseño, podrán disponer de cinturón de seguridad, para sujetar a los usuarios y evitar accidentes. Fáciles de usar para cualquier persona.

Arneses, en los salvaescaleras que se utilizan de pie y que brindan una excelente sujeción para los usuarios.

Sistemas de detección de obstáculos, con sensores electrónicos que detectan si algún objeto obstaculiza la escalera, deteniéndose en el instante.

Llave de seguridad que impide una mala utilización por parte de niños o adultos que requieren de vigilancia.

La capacidad de carga influye por igual en la seguridad. Tener en cuenta el peso que pueden soportar las sillas, asegura que el usuario pueda utilizarlo sin riesgos.

Todos los salvaescaleras deben disponer de un mando fácil de usar, suelen instalarse en los reposabrazos para mayor comodidad o contar con mandos a distancia para llamar al salvaescaleras si se encuentra en otra planta.

Una opción a contemplar es la posibilidad de alquilar el salvaescaleras, en los casos en que la movilidad se vea reducida de forma temporal. Estos ofrecen las mismas garantías de seguridad que uno comprado, pero a menor coste y por el tiempo necesario.

Si tienes la necesidad de instalar un salvaescaleras, ya sabes algo más al respecto, aunque un profesional, será quien mejor te asesore en función de tus necesidades particulares.

 

 

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