Así nos lo confirman estos abogados de derecho bancario en Valencia de Serrador, Cerdá & Gil-Orozco, una prestigiosa firma de abogados de Valencia, especializados entre otras áreas en derecho bancario y protección de datos. Aquellos créditos y tarjetas que presenten un interés superior al interés nominal del dinero son nulos por cláusulas abusivas y, por tanto, se puede exigir la nulidad del contrato y la cancelación inmediata de la deuda.
Las tarjetas de crédito pueden llegar a representar una de las grandes preocupaciones personales del ciudadano de a pie. La idea de poder realizar determinadas compras cuando vamos justos de dinero o poder darnos un capricho, aplazando el pago con la tarjeta, puede resultarnos tentador
Pero, ojo, la ayuda de la tarjeta de crédito es una ayuda envenenada. El banco o la financiera te adelantan el dinero bajo unas condiciones bastante más onerosas que las de cualquier préstamo personal.
Cuando te la ofrecen te dicen que si no usas la tarjeta no empieza a correr el crédito y no te cobran nada. Eso no es cierto. Todas las tarjetas de crédito están sujetas al cobro de una comisión anual por mantenimiento.
Es raro que no la uses. ¿Quién se va a resistir a no usar un préstamo para el consumo que tiene guardado en la cartera del bolsillo del pantalón? Tarde o temprano terminas utilizándola.
Cuando te llega el cargo a la cuenta te das cuenta de que pagas el dinero gastado más los intereses. El problema aparece cuando un mes no puedes pagar la cuota. Las condiciones de pago se endurecen.
Muchos contratos de tarjetas de crédito están sujetos a cláusulas trampa y cláusulas abusivas. Por lo que es recomendable leer con detenimiento la letra pequeña del contrato antes de aceptar la tarjeta e, incluso, pedir asesoramiento a un abogado o a una asociación de consumidores antes de firmar el contrato, si vemos algo que no nos cuadra.
El origen de las tarjetas de crédito.
Nos dice la revista Forbes que la primera tarjeta de crédito aparece en 1950, y no la lanza un banco, sino un grupo de restaurantes de Nueva York. Fue la Dinner´s Club. Catorce restaurantes de la ciudad de los rascacielos ofrecían una tarjeta vip a algunos de sus clientes para poder aplazar el pago de sus comidas y cenas y descontársela del banco a principios de mes.
La idea se le ocurrió a Frank X. McNamara, directivo de una entidad de crédito. Quien una noche salió a efectuar una cena de negocios con clientes y cuando le tocó pagar se dio cuenta de que se había dejado el dinero. Llamó por teléfono a su casa y su mujer se personó en el restaurante para abonar la factura.
Fue tal la vergüenza que pasó McNamara que ofreció a un grupo de restaurantes de la ciudad, que se abonaran a la tarjeta. El restaurante pasaría la factura a la entidad de crédito y la financiera descontaría a principios de mes las cantidades abonadas por los socios más una comisión por gastos de gestión. La primera emisión de la tarjeta “Dinners Club”, apenas tenía 200 abonados.
Una historia curiosa fue la aparición de la tarjeta American Express en 1958. American Express era una empresa de transporte de mercancías. Poco a poco fue derivando hacia el negocio del envío de dinero y la emisión de cheques de viajes. A finales de la década de los 50 emite una tarjeta para sus clientes, por la cual, estos pueden pagar con la tarjeta en una serie de establecimientos prestigiosos.
Era una operación redonda. La empresa de envíos de dinero derivaba a determinados establecimientos a sus mejores clientes, y estos recibían un trato especial en tiendas de cierta categoría. A cambio de eso, American Express cobraba una cuota anual a los portadores de las tarjetas y una comisión sobre el importe de las ventas a los establecimientos. Tener una tarjeta American Express era, en un principio, casi como pertenecer a un club exclusivo. Algo que beneficiaba la imagen de los abonados y de los establecimientos suscritos a la tarjeta.
Las tarjetas revolving.
Las tarjetas de crédito han evolucionado mucho desde sus inicios hasta ahora. En la actualidad, cualquier persona que tenga una entrada estable de dinero, por pequeña que sea, puede solicitar una tarjeta de crédito. Estas se han adaptado a los tiempos actuales. Hay algunas preparadas para la compra por internet, ofreciendo medidas especiales de seguridad. Otras devuelven al usuario un porcentaje del dinero gastado en determinadas compras.
Una de las tarjetas más habituales son las tarjetas “revolving”. El blog del banco BBVA aclara que estas tarjetas son aquellas en las que el cliente financia a plazos todas las compras que paga con la tarjeta.
El pago se puede efectuar de dos maneras. Bien con el pago de una cantidad fija cada mes, hasta cubrir el montante total de las compras más los intereses mensuales más las comisiones; o aplicando un porcentaje sobre la cantidad total adeudada.
Estas son una de las tarjetas de crédito más controvertidas, puesto que dentro de los contratos es frecuente que aparezcan cláusulas abusivas.
Como consecuencia, el usuario se puede ver inmerso en pagar durante años las compras que ha realizado los primeros meses, mientras tenía saldo. Llegando a pagar al banco 4 veces más del dinero gastado.
A.D.I.C.A.E., Asociación de Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas, Productos Financieros y de Seguros, señala que las tarjetas de crédito “revolving” suelen presentar un interés sobre el dinero adelantado que va del 10 al 40%, siendo lo más habitual que presente un 26%. El interés nominal del dinero en el 2024 está situado en un 3,25%. Las financieras que gestionan las tarjetas “revolving” están cobrando de media 8 veces más de lo establecido por el Banco de España.
Esto es considerado un delito de “usura”, por lo que si un juzgado declara nulo el contrato de la tarjeta, el afectado puede recuperar el 100% del dinero abonado a la entidad, estando obligado a pagar solo el dinero que realmente se le ha prestado, y no los intereses.
Principales problemas con las tarjetas de crédito.
Por desgracia, tener problemas con una tarjeta de crédito es más frecuente de lo que parece. De una manera o de otra y, con distintos grados de intensidad, los usuarios podemos vernos envueltos en situaciones injustas y desagradables. Estos son los problemas más frecuentes que suelen acarrear estas tarjetas:
- Intereses elevados: Las tarjetas de crédito suelen tener un interés muy alto, lo que facilita la acumulación de deudas rápidamente si no se pagan los saldos completos cada mes.
- Comisiones ocultas: Algunas tarjetas aplican comisiones por servicios que no son transparentes, como comisiones por mantenimiento, por emisión de tarjeta adicional, por duplicado de tarjeta, etc.
- Cargos por retraso: En estas tarjetas es frecuente aplicar cargos adicionales por pagos atrasados. Estos cargos suelen ser significativamente altos, lo que puede dificultar aún más la liquidación de la deuda.
- Cláusulas confusas: Algunas tarjetas incluyen cláusulas que son difíciles de entender para el usuario, lo que puede llevar a malentendidos sobre cómo funciona la tarjeta y cuáles son sus condiciones.
- Cobertura de seguros innecesaria: En ocasiones, las tarjetas incluyen seguros que el usuario no necesita o no solicita, lo que aumenta el costo total de la tarjeta.
- Límites de crédito no claros: Este es uno de los problemas frecuentes. Los límites de crédito pueden no estar claros para el usuario, lo que le puede llevar a gastos inesperados que generan más y más intereses.
- Publicidad engañosa: En ocasiones, las promociones y beneficios anunciados en la tarjeta pueden ser engañosos o tener condiciones poco claras, lo que lleva a una percepción errónea de los beneficios reales de la tarjeta.
- Dificultad para cancelar: Podemos ver como algunas tarjetas aplican recargos y penalizaciones por cancelación anticipada del crédito.
- Aumento de los intereses sin previo aviso: Las tarjetas pueden aumentar las tasas de interés sin previo aviso, lo que impacta directamente en la capacidad del usuario para pagar la deuda.
- Prácticas abusivas de cobranza: Cuando la entidad financiera no puede cobrar la deuda de la tarjeta, suele transferir el cobro a agencias de impagos que llegan a efectuar prácticas intimidatorias tales como llamadas constantes, amenazas y contacto con familiares, lo que genera estrés y ansiedad en el usuario.
Para la mayoría de nosotros, contraer deudas a consecuencia el impago de la cuota de la tarjeta es una situación angustiosa, pero para la entidad bancaria es provechoso. Cuanto más tardemos en cancelar la deuda, más intereses nos cobraran y más beneficio sacarán al dinero prestado.
El riesgo para el banco es relativo. En el momento en el que no pagas entras a formar parte de un registro de morosos, tipo el A.S.N.E.F., que te imposibilita pedir crédito hasta para comprar un mueble a plazos. Solo podrás salir de él, cancelando la totalidad de la deuda, incluidos los intereses y recargos.
La ley protege a los usuarios respecto a los abusos bancarios, pero para ejercer nuestros derechos debemos iniciar un procedimiento legal, no se aplica automáticamente.