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Hay más trabajo que nunca para los fabricantes de ventanas

Uno de los propósitos que perseguimos cuando dejamos de ser adolescentes y empezamos a ganar algo de dinero es mejorar la calidad de vida de la que disponemos en todos los sentidos, pero poniendo el énfasis en lo que tiene que ver con la vida en el hogar. Sin duda, es una cuestión que compartimos y que nos parece lógica teniendo en cuenta que nuestra vivienda es el lugar (con permiso del sitio en el que trabajemos) en el que más tiempo pasamos a lo largo del día. Si nuestra casa gana en comodidad y le damos un toque todavía más acogedor, seremos mucho más felices en ella.

Pero, claro, hay que priorizar. La comodidad dentro del hogar depende de una buena nómina de factores y lo cierto es que no todos son igual de importantes. Hay gente que pone en los muebles su foco a la hora de ganar en calidad de vida. Otras personas apuestan por invertir en realizar una obra que, por los motivos que sean, creemos que va a ser idónea para las personas que habitamos esa vivienda. El caso es que hay muchos fabricantes que se ven beneficiados por producir bienes o prestar servicios relacionados con la vida en el hogar.

Una de las prioridades que ha empezado a tener mucha gente en relación a su hogar ha estado relacionada con las ventanas. Se trata de un asunto relevante y que ha sido tratado por muchas personas que buscan, sobre todo, hacer que su hogar mejore en lo que respecta a los aislamientos térmicos y acústicos. No es lo mismo vivir en un lugar en el que es fácil que se filtren ruidos que en otro al que no llegan esos ruidos. Y no solo por el hecho de que se descanse mejor sin ruido, sino porque el exceso de sonidos procedentes de la calle puede ser causante, por ejemplo, de que existan grandes dosis de estrés entre las personas que forman parte del domicilio.

No es habitual que la gente apueste por disponer de más metros de ventana en su vivienda, aunque es cierto que ya no existe un impuesto a las ventanas como sí existía antiguamente en función de lo que asegura una noticia publicada en Xataka. Lo que es más habitual es que las personas procuren sacar el máximo rédito a cada metro del que disponen de ventanas, sobre todo en relación a esos aislamientos de los que estábamos hablando con anterioridad.

En una sociedad que prioriza como nunca la comodidad en el hogar, es clave el papel que desempeñan las ventanas dentro de una casa o un piso. Precisamente por eso sigue aumentando la inversión media que realiza la gente en lo que respecta al cambio de sus ventanas. Así nos lo han hecho saber desde La Ventana Perfecta. Se ha multiplicado por tres la cartera de clientes de la que disponen y la mejora del día a día en el hogar de quienes realizan este tipo de cambios es más que evidente.

El otoño, momento ideal para acometer el cambio 

Los fabricantes de ventanas nos aseguran que es durante los meses de otoño cuando se recibe una mayor cantidad de llamadas y solicitudes. No es de extrañar. Durante los meses de verano no se suelen acometer estos cambios porque la mayoría estamos de vacaciones y no nos queremos molestar en recibir a nadie en nuestro domicilio. En otoño, antes de que llegue el frío, este es un tema que nos empieza a parecer urgente. Y es que es durante el invierno cuando más se nota el hecho de disponer de unas buenas ventanas.

Imaginaos tener que residir en un domicilio que no dispone de unas ventanas decentes durante la ola de frío que padecimos el pasado mes de enero. O imaginaos haber tenido que vivir la borrasca Filomena, aquella que dejó helado y nevado el centro peninsular durante varios días en enero de 2021, sin unas ventanas de calidad. La verdad es que hubiera sido realmente duro para todas aquellas personas que se encontraran en el interior de esas viviendas o pisos. Fue precisamente gracias a ese temporal por lo que muchas personas abrieron los ojos y decidieron ponerse manos a la obra. Ya sabéis que no hay mal que por bien no venga.

Todavía sigue habiendo gente que vive sin esa comodidad que proporcionan las ventanas más modernas. Debe ser duro que así sea, pero nunca es demasiado tarde para plantearse un cambio. Podríamos decir que se trata de un cambio que resulta de enorme incidencia para la vida de todo tipo de personas, sea cual sea su posición económica, social o cultural. Ojalá que todo el mundo, sin excepción, pueda ver cumplido ese cambio a la máxima brevedad posible.

 

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