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Elegir una casa prefabricada

Las casas prefabricadas, están cada vez más aceptadas en nuestra sociedad. Lo cierto es que no es una novedad, este tipo de viviendas, existen desde hace décadas. Si bien en la cultura española, no se trata de la manera habitual de construir una vivienda. El ladrillo en España, se compra ya edificado por las grandes constructoras. Aunque también son muchos aquellos que, deciden construirse su vivienda, contratando los servicios de un arquitecto que les haga el diseño y se ocupe de todo lo concerniente a la construcción. Estos procesos, habituales y a los que estamos más que acostumbrados, son bastante comunes. Concebir la casa de tus sueños y hacerla realidad, es una alternativa a la que recurren muchos españoles. 

Cuando te decides por adquirir una vivienda, lo más normal es que pases un tiempo considerable sopesando opciones y buscando la vivienda ideal. Buscando en las zonas que te gustan y dispongan de todo lo necesario para que nuestra vida sea lo más cómoda posible. Sin embargo, si nos acercamos a lugares como Pergoland, profesionales en el sector de las casas de madera, nos encontramos con un mundo de posibilidades. Las casas prefabricadas, son una excelente opción de compra que merece la pena contemplar a la hora de adquirir una vivienda en propiedad. Sobre todo, cuando se trata de segundas residencias.  

A diferencia de la construcción tradicional, donde las viviendas se construyen sobre el terreno, las viviendas prefabricadas, se producen en gran medida en una fábrica. En las fábricas se construyen por piezas que, posteriormente se trasladan al emplazamiento definitivo en el que se va a ubicar la vivienda. Será en esa ubicación donde ser realice el montaje final de la vivienda.  

Las viviendas prefabricadas en un entorno industrial aportan una serie de ventajas en detrimento de la construcción tradicional entre las que podemos señalar la minimización de errores de ejecución, el menor desperdicio de los materiales, proporcionan un mejor aislamiento y, por lo tanto, conlleva una mejor eficiencia energética. Factor en el que coinciden los expertos que apuestan por este tipo de viviendas a la hora de descarbonizar el sector de la construcción.  

Sin olvidar que los plazos de ejecución de la obra, son notablemente más cortos que los que conlleva la construcción de una vivienda tradicional. Mientras que la mayor parte del proceso se realiza en una fábrica, el montaje y la finalización que se realiza en el emplazamiento elegido, se ejecuta en pocos días. 

Diversidad de opciones 

En el sector inmobiliario, existen opciones para todos los gustos. En el mundo de las casas prefabricadas, esa variedad, incluye además bolsillos y público. Es decir, se pueden encontrar viviendas prefabricadas por precios más que asequibles y para todo tipo de usuarios: familias, solteros, solteras, parejas…. Podemos encontrar en el mercado, opciones de todo tipo, desde viviendas lujosas o sencillas hasta casas de hormigón, madera o acero, tamaño mini, grandes o contenedores. Como suele ocurrir cuando las opciones son tantas, es fácil entrar en conflicto o perderse en el camino. Por lo que hemos elaborado una pequeña guía que ayude a tener en cuenta las variables más importantes para tomar la mejor elección, en lo que, a viviendas prefabricadas, respecta. 

Una de las cuestiones más importantes que se nos plantean cuando se trata de adquirir una vivienda en propiedad, es la ubicación. En este caso, no iba a ser diferente. La ubicación en la que se pretende construir la vivienda prefabricada influirá directamente en el proyecto y las propias características de la vivienda.  

Algunos municipios, cuentan con sus propias leyes urbanísticas en las que, por citar un pequeño ejemplo, no se puede construir una vivienda que no respete el entorno. En este sentido (y en muchos otros) es muy recomendable, contar con los servicios de un arquitecto que no solo conozca la zona, sino que también, conozca la normativa.  

Dentro de la ubicación, aspectos tales como la climatología, deben estar muy presentes en la decisión final. La diversidad climatológica de nuestro país hace necesario tener en cuenta que no es lo mismo comprar una vivienda para el sur de España que para el norte. Habrá que elegir la vivienda que más se adecue a las temperaturas propias de la zona y los fenómenos meteorológicos más habituales de la zona. 

Teniendo clara esa ubicación y las variables que ofrece el destino, pasamos al punto siguiente: el terreno. Se trata de uno de los factores con mayor importancia. Es conveniente recordar que contamos con la existencia de tres tipos de terrenos: urbano, urbanizable y rustico. En función del tipo de terreno, sabremos si se puede o no, construir sobre el mismo. En tal caso, se da por hecho que si se pretende construir una vivienda prefabricada (o sin prefabricar), se dispone de suelo urbano. A partir de ahí, en función de los metros cuadrados de los que disponga la parcela, se determinan aspectos tales como el número de plantas, las distancias, etc. Cuestiones como la pendiente o complejidad del terreno, van a incidir por igual en el proyecto. Aunque podemos decir en favor de este tipo de viviendas que, la mayoría de los estudios de arquitectura y empresas que se dedican a este sector en particular, cuentan con una excelente habilidad e ingenio para hacer posible colocar sus proyectos en cualquier tipo de parcela.  

En función del terreno, es recomendable respetar la naturaleza de la parcela a la hora de elegir vivienda. Si se trata de una parcela rodeada de árboles y vegetación, por ejemplo, una vivienda modular rústica, sería una excelente elección.  

Otro aspecto que hay que tener en cuenta, es los costes asociados que conlleva la adquisición de una vivienda. En este sentido, solo se puede decir que, va en función de lo que uno se quiera gastar. Si bien, el precio, constituye una de las  grandes variables a tener en cuenta, a la hora de elegir la vivienda que se quiere comprar, siendo un factor fundamental en cualquier proyecto de construcción, las viviendas prefabricadas, juegan con un aspecto muy favorable: se trata de un precio cerrado. Es decir, cuando el fabricante ofrece sus viviendas, los costes de todo el proceso, van incluidos, eliminando las sorpresas de sobrecostes a la hora de acometer cualquier tipo de obra.  

Las casas de madera son más económicas que las de acero, hormigón o piedra, aunque el proyecto y la empresa que las fabrique, influyen directamente en estos costes. Por supuesto, los acabados de los que disponga también van a influir de forma directa en esos costes. A mayor calidad, mayor precio, como sucede con todo. 

Otros factores a considerar 

En cualquier caso, siempre que se adquiere una vivienda, se hace teniendo en mente, el uso que se le va a dar a la misma. En el caso de las viviendas prefabricadas, no puede ser de otra manera. En función del mismo, es más fácil definir la vivienda que se quiere comprar. No es lo mismo una casa principal en la que vives todo el año que una segunda residencia a la que solo vas a pasar unos días.  

Si se trata de una vivienda para uso principal, evidentemente hay que saber las personas que van a vivir en ella, sus rutinas y necesidades para hacerse con una vivienda capaz de satisfacer las mismas. Si este aspecto no se tiene especialmente claro, existen viviendas que se pueden ampliar.  

En el caso de que se quiera construir una segunda residencia, igualmente hay que tener en cuenta los mismos aspectos: cual es la finalidad, las personas que van a hacer uso de la misma, durante cuanto tiempo, etc.  

Con independencia del uso que se le vaya a dar, un aspecto que conviene tener en cuenta en cualquier caso, es la eficiencia de la vivienda. A mayor eficiencia y sostenibilidad, mejor. Este aspecto es en extremo relevante para los más comprometidos con el medio ambiente.  

Por último, debemos tener en consideración los materiales de construcción de la vivienda. La elección de los mismos, va a determinar la durabilidad de la vivienda, la resistencia de la misma, su eficiencia, el confort y la estética.  

Uno de los materiales más populares, es la madera. Su apariencia natural y cálida ofrecen aislamiento térmico y acústico. Aunque cuentan con una gran desventaja ya que requieren un mantenimiento específico y regular para evitar que la climatología degrade los materiales.  

Por otro lado, encontramos viviendas de acero. Este material, robusto y de gran resistencia, es otro de los más habituales en la construcción de viviendas prefabricadas. Este tipo de casas, son rápidas en su montaje y ofrecen una larga vida útil, aunque su aislamiento térmico, puede resultar insuficiente si no se complementa con otro tipo de materiales aislantes.  

Una de las opciones más duraderas, son las viviendas de hormigón. Material resistente y de gran versatilidad para la construcción de este tipo de viviendas. La diversidad que ofrecen sus acabados y la estética son superiores. Sin embargo, en contra juega la necesidad de hacer unos cimientos más robustos para soportar su peso. Lo que hace que se trate de una alternativa más cara. 

Opciones hay muchas, posibilidades también y por supuesto, las viviendas prefabricadas, cuentan con muchas cosas a favor de las que carecen las viviendas de construcción tradicional.  

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