Son innumerables los beneficios para la salud que reporta una sauna finlandesa. Desde mejorar la circulación sanguínea, combatir el estrés, hasta mantener un cutis terso. La sauna no es una instalación exclusiva de un spa. Cualquier interesado puede instalar una en su casa. Es más sencillo de lo que pensamos.
En primer lugar, una sauna finlandesa es una sala de calor. Una habitación cerrada, recubierta de madera, con una fuente de calor que alcanza entre los 80 y los 100 grados centígrados. El rasgo principal de la sauna finlandesa es precisamente ese, el calor. Un calor que se puede atenuar con chorros de vapor, que se consiguen introduciendo unas piedras calientes dentro de un cubo con agua. Esto lo diferencia de otros tipos de sauna como los baños turcos, que actúan sobre la salud a través de chorros de vapor de agua y cuyo funcionamiento se inspira en las antiguas termas romanas.
El uso de la sauna en Finlandia se remonta a la antigüedad, antes de la aparición de la cultura vikinga. Obedecía a un protocolo de cuidado personal que consistía en pasar unos minutos en la sauna, darse una ducha y lanzarse a las aguas heladas del mar báltico o de algún lago de la zona. Era una práctica necesaria para poder sobrevivir en una región con poca luz solar y bajas temperaturas. La razón de esta práctica se basaba en mantener una correcta salud cardiovascular.
Aunque estas saunas son toda una institución en Finlandia, podemos encontrar saunas parecidas en otros países de la región como las repúblicas bálticas de Letonia y Lituania.
A lo largo del siglo XX, el uso de la sauna finlandesa se ha ido extendiendo por todo el mundo. Hoy es un servicio habitual en spas y centros de belleza. Sin embargo, cualquier persona que lo desee puede instalar una sauna en su casa. En el país nórdico, es habitual que en muchos domicilios particulares posean saunas para uso familiar. Aunque es menos frecuente, también se pueden ver en España. Ramón, un hombre que vive en Madrid, nos cuenta que encargó a la empresa Saunas Luxe, un fabricante e instalador de saunas por encargo, que le instalara una de esas sauna finlandesas en el baño de su casa.
Veamos en este artículo cómo se fabrican e instalan las saunas, para que lo pueda tener en cuenta cualquier interesado y conocerlo cualquier mente curiosa.
Dónde instalarla.
Antes de profundizar en el tema es conveniente aclarar algunas cuestiones previas. Señala El Blog del Hidromasaje que una sauna se puede instalar en cualquier lugar de la casa que podamos cerrar. Es decir, la sauna es una caja cerrada por todos lados con láminas y paneles de madera, y una fuente de calor, que normalmente es eléctrica.
A priori, podríamos colocar una sauna en un baño, en una habitación, en un sótano, en un desván, en un pasillo, en el hueco de la escalera, siempre que tuviera una toma de corriente eléctrica.
Ahora bien, la sesión de sauna se complementa con una ducha de agua fría nada más salir de la sala de calor. De esta forma, limpiamos la piel del sudor de la piel y reactivamos la circulación sanguínea, después de que la sauna haya expandido las arterias y vasos sanguíneos. Se recomienda que la ducha sea inmediata para producir el efecto adecuado, por lo que es conveniente tener una ducha lo más cerca posible.
Otra cuestión a tener en cuenta es la posibilidad de colocar alguna ventana que nos ayude a ventilar la sauna entre uso y uso. En teoría la sauna se ventilaría dejando la puerta abierta. Pero muchos usuarios prefieren tener una ventana al exterior para dejarla mejor ventilada. Esta ventana debe ser PVC para aislar el habitáculo e impedir que se pierda calor.
Las saunas también se pueden colocar en el exterior. De hecho, es una excelente idea poner una sauna en el jardín cerca de una piscina. Ya que podríamos efectuar todo el protocolo sin problemas. Sauna, ducha y baño.
Cada sauna es diferente.
Salvo algunos modelos de sauna prefabricada para exteriores, las saunas son un producto hecho a medida. No existen dos saunas iguales. Es un trabajo de carpintería hecho por encargo.
El cliente puede elegir el tipo de estufa que quiere, como quiere que se coloquen los bancos, la ubicación de la estufa, donde quiere que se ponga el termostato, pero la construcción en sí de la sauna es exclusiva. Principalmente, porque se deben cubrir paredes, techos y suelo de la superficie que se va a cerrar, de forma precisa. En ningún caso coinciden las dimensiones de dos saunas distintas.
Además de esta cuestión técnica, la revista Big Finland indica que existen 4 tipos de saunas. Son estas:
- Sauna de leña.
Es la sauna clásica finlandesa. La fuente de calor es una estufa de leña con una pequeña chimenea que da al exterior. En ella se queman troncos partidos de maderas como el abedul. Se suele encender unas horas antes de prestar servicio, para conseguir la temperatura deseada. El vapor que emiten las piedras calientes es ligeramente húmedo y la estancia se impregna del olor de la madera quemada, lo que hace que la experiencia sea bastante agradable.
- Sauna de humo.
Este es un tipo de sauna que en la actualidad no se fabrica. Eran casetas de madera, habituales en las zonas rurales de Finlandia, en cuyo interior se encendía una fogata controlada. Carecía de chimenea y el humo de la combustión quedaba dentro de la sauna. Siempre había alguna persona a su cargo, que se preocupaba de mantener la temperatura de la sauna y de limpiar los bancos de hollín. Para usarla se solía pagar una entrada que sufragaba los gastos de mantenimiento, incluido el sueldo del encargado. Las piedras que se sumergen en agua para generar vapor se calentaban sobre las brasas de la fogata. En algunas zonas de Letonia, existían saunas de este tipo fabricadas en piedra, en lugar de madera.
- Sauna eléctrica.
Es la sauna más utilizada en la actualidad. En ella se sustituye la clásica estufa de leña por una estufa eléctrica. Por lo general, la estufa se coloca en el centro de la sauna y sobre ella se calientan las piedras. Gracias a la electricidad se consigue alcanzar la temperatura idónea en menos tiempo y regularla por medio de un termostato. El vapor que se obtiene sumergiendo las piedras en agua es más seco que en las saunas de leña. Se puede instalar en cualquier edificio o casa sin hacer obras.
- Sauna de infrarrojos.
Se trata de una modalidad de la sauna eléctrica en la que se colocan paneles de infrarrojos en las paredes. De esta manera se consigue una temperatura uniforme en toda la sauna. Se puede accionar con un mando a distancia y permite un control más preciso de la temperatura y de la humedad. Es la opción más actual.
Cómo se instala una sauna.
La sauna la fabrican a medida unos carpinteros especializados y la instalan en el lugar elegido. Una vez se ha determinado el lugar en el que se quiere colocar la sauna y se ha acordado el diseño de la misma, los técnicos se desplazan hasta la futura ubicación y toman todas las medidas de la habitación o zona que se va a cerrar.
En el taller se cortan los paneles de madera con los que se van a recubrir las paredes, el techo y el suelo. La madera más utilizada para construir la sauna es el álamo común. Es necesario emplear una madera que resista bien las altas temperaturas y que no se astille con el tiempo.
Por lo general, suele ser la misma empresa fabricante, la que instala la sauna en el domicilio o establecimiento que la ha encargado. Los técnicos llevan los paneles de madera hasta el lugar de montaje y los fijan a las paredes y el suelo por medio de tornillos. Deberán preocuparse de encajar bien los distintos paneles entre sí. La sauna debe estar completamente cerrada para evitar fugas de calor. En el montaje se emplean sujeciones metálicas y nunca colas y siliconas, ya que estas se van deshaciendo con el calor.
La puerta por lo general suele ser de madera, y debe estar cerrada mientras se use la sauna. Algunos clientes solicitan que la puerta y la pared frontal sean de cristal. Con ello se evita esa sensación claustrofóbica que se produce en el interior. Esta alternativa da una impresión de amplitud, si bien es menos eficaz a la hora de conservar la temperatura que si recubrimos por completo la sauna con madera.
Una sauna no tiene por qué abarcar una habitación entera. Podemos ocupar solo una parte de la misma. Lo que sí debemos asegurarnos es que la zona elegida la podemos cerrar con paneles. De esta manera, por ejemplo, podemos instalar una sauna en el baño, sin necesidad de inutilizarlo, como si colocáramos una bañera, un plato de ducha con mampara o un jacuzzi.
El uso habitual de la sauna reporta grandes beneficios para la salud, por lo que es una opción interesante instalarla en casa.