Desde mi visita a Japón no podía quitarme una idea de la cabeza, los kimonos
. Esa prenda tradicional de telas suaves y coloridas que sienta tan bien a la figura femenina. La idea de ponerme un kimono para cenar en un famoso restaurante de Tokio fue de mi novio, el me lo regaló envuelto en una preciosa caja. Fue su manera de pedirme que me casara con él, una forma tan original que si ya tenía claro que era mi compañero de vida ahora no me quedaba ninguna duda. De ahí que, poco despúes de volver a Madrid se me ocurriera diseñar mi propia linea de kimonos adaptados a la mujer actual. También a modo de accesorios para mis kimonos di con el mejor proveedor posible para encontrar cuerdas de gran calidad
Cuerdas Valero, se trata de una empresa dedicada al suministro de todo tipo de cordelería. Sus cuerdas son de fibras naturales de diferentes materiales. En mi caso las encargué de algodón y conseguí el complemento de cinturón ideal para mis kimonos.
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